Tuesday, June 05, 2012

Entre Venus y una mujer desnuda



De la relación entre México y Japón con frecuencia se dicen muchas coasa. Que si la nao de China, que si el samurái que vino a la Nueva España, que si los campos de concentración de japoneses en méxico. Pero pocas veces se piensa en la bandera  tricolor ondeando en una colina cercana a Yokohama, en Japón, durante una tarde de 1874. Se trataba de la expedición astronómica mexicana a Japón para observar el tránsito de Venus. Este fenómeno  ocurre cada 100 años dos veces; cuando pasa, Venus parece recorrer el disco solar, algunas ocasiones dos veces separadas entre sí por un par de años. Desde que se conoció en el siglo XVII es un acontecimiento que ha causado expectación entre astrónomos y población en general. En aquella época también se pensó que era algo tan relevante que valía la pena enviar a un grupo de científicos al sitio en el que se vería mejor dicho fenómeno, el cual resultó ser esa vez, Japón.  Era sin duda, el evento astronómico más esperado. El recorrido no fue fácil, de la ciudad de México salieron los expedicionarios rumbo en uno de los nuevos ferrocarriles a Veracruz y de ahí a la capital cubana, la Habana. Desde Cuba continuaron en barco hasta Filadelfia y de nuevo en tren  a Nueva York, donde los rumores de una epidemia en Cuba los  mantuvieron en cuarentena por un tiempo. Finalmente cruzaron todos los Estados Unidos hasta la bahía de San Francisco desde donde siguieron a Japón en el Vasco da Gama, un barco de vapor. nunca he sabido porque no se fueron a Acapulco y de hía a Japón, tal vez aprovecharon para id de shoping.  Para octubre habían cruzado el Golfo de México, la costa del Atlántico Norte y atravesado las montañas de Norteamérica, las grandes planicies llenas de bisontes del centro de los Estados Unidos, y los hasta hace poco territorios mexicanos con sus agrestes desiertos. Unas semanas más de navegación a lo largo del Océano Pacífico y llegaron a la bahía de Yokohama, el 9 de noviembre. Considerando que la observación se daría en los primeros días del año, el arribo a tierras japonesas debería darse a más tardar el 20 de noviembre para poder construir las instalaciones temporales  Se logró no sin contratiempos. De hecho se montaron dos campamentos, uno en la zona costera donde no requerían ningún permiso  y otro ya tierra adentro. En todo caso lograron la aprobación del gobierno imperial quien además les autorizó a izar la bandera mexicana y hasta los interconectó con una línea telegráfica. El 25 de noviembre inició la construcción y la instalación de los telescopios, uno de los cuales perteneció al Colegio Militar, pero que fuera modificado en muchas de sus piezas para poder usarlo en la expedición. Se contrató a un artesano chino de nombre Mow-Cheong quien construyó una base de piedra para el montaje del telescopio, misma que se redescubrió cien años más tarde, en 1974 por arqueólogos japoneses. Los resultados de la expedición fueron todo un éxito y se relacionaron poder hacer  Apenas un año más tarde publicaron sus resultados, adelantándose al equipo francés considerado el de mayor prestigio. Tan bunos resultados lograron que a México se le invitara a paratiipar en el proyecto de cartografíar toda la bóveda celeste junto con equipos de otros países con larga tradición astronómica. Quizá por esto también para 1878 se decretara la creación del Observatorio Astronómico Nacional, iniciando la construcción de sus instalaciones en Tacubaya en 1882 el mismo año en que un cometa era visible en México. El observatorio de Tacubaya se terminó de construir en 1884 y de inmediato iniciaron los trabajos de observación y fotografía astronómica cuyo buen trabajo fue reconocido en un congreso internacional de astronomía en 1887. El anterior fue en 2004 y el siguiente hasta 2017. Tal vez ya no es el gran acontecimiento científico. En buena medida porque ya se conocen muchos de los datos para los que se buscaba observarlo. Desde que el célebre Halley propusiera que el tránsito de Venus podría usarse para calcular la distancia de la Tierra al Sol por medio de triangulaciones y de extrapolaciones, al igual que las destancias entre el resto de los planetas del Sistema Solar. Sin embargo hoy 5 de junio de 2012 se verá el tránsito de Venus de nuevo, pero ahora en el Noroeste mexicano. La penísusla de Baja California y una parte de Sonora serán los sitios en los que se observará mejor. 150 años de ganarles a los franceses en Puebla y cien de ganarles en Japón (sin contar el México -Francia del mundial de Sud África). Si usted, transitorio lector,  anda por el noroeste olvídese de las balaceras por un instante y bébase algo refrescante mientras mira (con precaución y de preferencia con sus hijos, abuelos o afectos que le acompañen ) pasar a Venus entre usted y el Sol. Lo recordará más durante el resto de su vida que todas las campañas políticas juntas.

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