Tuesday, May 24, 2011

Apocalypse tumorro


Debo confesar que me preocupé. Qué el rapto y el juicio final llegaran justo la víspera de la final entre Pumas y Morelia confirmaba el humorismo del Creador y su filiación innegable al Barcelona. Ya el 22 pensé que era la diferencia de horario con Tierra Santa y el fin llegaría al inicio del partido. Con la templanza que me es habitual, una chela (bohemia oscura) y un platito de aceitunas decidí que la barra del Malafama era un buen sitio para esperar el fin del

mundo. Pasaron lo minutos, el partido comenzó y el Apocalipsis no llegaba. Primero pensé que como los justos eran los únicos que desaparecerían, el país entero se iba a quedar a ver los créditos finales del universo. O por lo menos la primera división entera, o mínimo la mitad del Morelia o ya de perdida el masajista vengador que los acompaña. Luego pensé que a lo mejor las cuentas le habían salido mal al predicador Harold Camping. No sería la primera vez. El primer caso famoso de predecir infructuosamente el cierre del changarro global fue por ahí del 156 DC cuando un predicador llamado Montano originario de Frigia (lugar de origen del famoso gorro frigio, símbolo de la libertad usado por los pitufos, y que aún hoy algunos locos hasta se tatúan) predijo un game over cósmico. Y a pesar de su origen frigio Montano gustaba de entrar en trance acompañado de sus dos jóvenes discípulas Prisca y Maximila con quienes tuvo una visión (y quién no!): El Apocalipsis llegaría apenas terminara de estar en trance unas semanitas más con Prisci y Maxi; luego, la Jerusalén Celestial se instalaría en la meseta que había entre las poblaciones de Pepuza y Timión, exactamente donde ahora hay un Pizza Hot y un Oxxo. Pero los movimientos milenarios siguieron siendo recurrentes, con razones para ello. El milenarismo viene de la lectura del libro de Revelaciones o Apocalipsis que en un versículo dice que “los justos reinarán junto a Cristo por mil años”. Las señales descritas por Juan son de precisión milimétrica. Entre ellas están terremotos, guerra y hambre por lo que todo el mundo se puso a ver Apocalipsis (y por ende el milenio) por todos lados. Luego vino San Agustín y otros cuates medievales y se pusieron a ver que los seis días de la creación pueden ser de mil años, más los mil del milenio era claro que ya casi tocaba ir empacando. Y para darle precisión vino el obispo de Usher, líder anglicano de toda Irlanda quien en 1650 ubicó el origen del mundo el año 4004 AC (23 de marzo a las 12). 4000 más 1700 que llevaban, el fin del mundo sería por ahí del siglo XIX o XX. En general para el mundo católico es más difícil comprender estos excesos porque culturalmente el cristianismo ya ha sido instaurado y Dios reina por medio del papa o al menos manda mensajes de profundidad filosófica y precisión apache como “México sabe gritar”. Pero el milenarismo ha representado una ideología importante en comunidades pauperizadas, en guerra, esclavismo o hambre. En Sudáfrica en 1857 la tribu Xoxa se levantó en armas pues interpretaron la muerte de su ganado por una epidemia, la opresión de los boers y las arengas de varios líderes tribales cristianos como presagios del fin del mundo. En USA uno de los sucesos más lamentables del exterminio indígena se relacionan con versiones milenaristas cristianas mezcladas con religiones nativas. En 1890 hubo una masacre de Siux que danzaban durante días para acelerar la llegada del milenio. Los blancos se pusieron nerviosos, nadie preguntó, nadie explicó y sólo hizo falta un disparo.178 muertos en minutos, incluyendo niños. En México paso algo similar. Convencidos de que las enseñanzas de jesuitas y franciscanos indicaban que tenían que levantarse en armas como parte del milenio que llegaba, mis antepasados Tepehuanes pusieron en jaque a los (seguramente mis antepasados) españoles en 1616. La batalla final se dio en Santiago Papasquiaro, lugar donde aún tengo primos, tíos y seguramente decenas de sobrinos atentos a las noticias de narcofosas.


Y no se piense que se trata sólo de pequeños grupos sin importancia en los márgenes del cristianismo de Montana, Kansas o algún grupo social oprimido.


El buen Harold. Tal vez se refería al fin del mundo, pero de su mundo





Muchos movimientos modernos del cristianismo tienen un origen milenarista aunque con frecuencia les da algo de penita reconocerlo. Los huteristas de Canadá y USA, con frecuencia considerados un dechado de virtudes cristianas y un ejemplo del papel civilizatorio, ético y pacifista que el cristianismo puede tener, se originan con el milenarista alemán Jacobo Hutter que terminó apocalípticamente en la hoguera en 1536.

Otro caso fue el de William Miller quien luego de leer el libro del profeta Daniel concluyó que el Armagedón iniciaría el día de primavera de 1843 con un ejército celestial llegando a la Tierra. Cuando los únicos contingentes alados que vieron pasar el 21 de marzo fueron los parvulitos vestidos de abejita saliendo de la escuela, Miller y sus 100 mil seguidores (!!) se pusieron a reflexionar. Luego de harto meditar concluyeron que, o Daniel se había equivocado (a cualquiera le pasa estando a punto de ser comido por los leones), o en realidad lo que empezaba era a penas el recuento de los justos, lo que es una tarea terriblemente lenta cuando aún no se ha inventado la Ipad. Los milleristas acostumbraban guardar el sábado como día de descanso y una de su derivaciones son los Adventistas del Séptimo Día.

Los Testigos de Jehová fundados por Charles Taze Russell abrevaron fuertemente de las creencias milleristas y son sin duda el grupo más grande e influyente de tendencia milenarista. Russell calculó el primer fin del mundo en 1914. Primero porque ya han calculado tres o cuatro.

Y aunque presumo de mi herencia wesleyana que celebra la racionalidad como cualidad fundamental de todo ser humano, algunos grupos wesleyanos omitieron ese detalle y fundaron el movimiento Pentecostal con milagros, habla de lenguas y milenio incluidos. Y si creen que el pentecostalismo es una rareza que se mueve en las orillas de todas las iglesias (incluida la católica), hay que decir que las Asambleas de Dios, son el movimiento religioso de mayor crecimiento en México y hasta el presidente Felipe Calderón ha tenido un acercamiento francamente coqueto con varios grupos pentecostales, sin contar a algunos senadores y diputados pertenecientes a ellos. (con esta información, reléase la reciente ida Vaticano de nuestro presidente). Pero no sólo aquí se cuecen habas. El secretario del interior de Ronald Reagan pertenecía a las Asambleas de Dios y estaba convencido de que era una mala idea invertir en la conservación del ambiente pues el fin del mundo llegaría antes de que lo maltratáramos demasiado.


Más reciente está el caso de la puerta del cielo que mezcló el libro del Apocalipsis con Star Wars para intentar irse en la nave que venía atrás del comenta Hale Bopp en 1997. Lo malo es que la teletrasportación a base de cianuro no funcionó mucho.


Así que no seamos demasiado duros con el buen Harold Camping y celebremos que se equivocó y que todo sigue igual, con narco fosas, secuestros, Oaxaca sin escuelas, crímenes de odio y un presidente municipal que cree que las minifaldas provocan embarazos.