Friday, March 21, 2008

Túnel del tiempo irracional

De verdad, de veras de veritas que por más que uno intenta acabar esta tesis y el proyecto doctoral, nomás el país este insiste en distraerlo a uno. Pero como dijo Jack el destripador.

La razón más importante por la que Tony Newman y Douglas Philips salieron del tiempo (tiempo aire por supuesto) no es por que resultara inverosímil que siempre cayeran justo antes de la guerra de Crimea, dos días antes de que estallara Kracatoa o en pleno día D y en todas las épocas se hablara mejor inglés que el de Vicente Fox. Tampoco, estoy segurísimo, se debió a que mezclaran panorámicas (leyenda de crestomatía de por medio) de alguna peli, con escenarios en los que se inspiró Odisea Burbujas y añorando a Cachirulo. Vamos, ni siquiera por usar los mismos modelos de compus que el Santo. Según yo, salieron del aire pòr que alguien empezó a notar que muchas tramas se parecían. Y cómo no, si tristemente la historia insiste en poner en aprietos el hecho de que cada instante histórico (hay instantes que no sean históricos?) sea la conjunción de millones de circunstancias irrepetibles. Y por su puesto que no son iguales unos sucesos a otros, pero vaya que se parecen. Tres ejemplitos inquietantes de últimas fechas, pa que tengan algo que hacer en Semana Santa.


I. caballito de troya texano (o chinitos en Tibet)

En plena decadencia setentera del sistema priista, cada elección era un carnaval de trampas y simulaciones que vieron nacer algunas de las peores prácticas políticas. El famoso ratón loco, la operación tamal, el carrusel. Les digo que parecía kermés, hasta en los nombres. Total que sobreviene la debacle de los ochentas y con ella el golpe mortal de la escisión cardenista y porfirista. De nuevo el pasado de los nombres. En medio de esto el pri se pone a discutir un cambio de nombre, de estructura, pa que la gente volviera a confiar en ellos. Por supuesto eso nunca iba a pasar. Hoy resulta casi divertido ver a Camacho, Ebrad, Monreal, López Obrador, Arturo Núñez y toda esa juguetona palomilla priista quejarse de compra de votos, regalo de despensas, acarreo, quema de urnas, rasurado de listas nominales, etc. en su propia elección interna. Vamos, hasta se les cayó el sistema. Pero no se confunda, querido, querida lectora, la elección no es del PRI, es del PRD. El viejo truco de Texas, (repetido en el Tibet, Cataluña, Macedonia, Tepoztlán y un largo etc.) Pero lo más jocoso del asunto es escuchar a Arce y el Inti discutir sobre que el Partido de la Revolución Democrática debe hacerse más de instituciones (sin descuidar el acarreo), más institucional, ser un partido revolucionario pero institucional. Lo lograron méndigos.


II. Santana vouyer

La mera verdad es que no recuerdo si fue en Arkansas, Wisconsin o alguno de esos estados en el que uno de esos jueces maravillosos y provincianos que creen tener jurisdicción sobre todo el planeta, en un pequeño exabrupto del pequeño Hugo Sánchez que todos llevamos dentro, decidió que dentro de los límites de su estado el valor del número π era de 3.14. Así nomás. Por suerte alguien le habrá retirado del alambique al que de seguro tenía conectada a una venoclisis antes de que declarara que dentro de los límites de su estado los triángulos solo tienen dos lados o que las mutaciones no existen. Siempre me ha llamando la atención que al menos en español y una que otra lengua más, usemos el mismo término de ley tanto para las leyes naturales (estos patrones descriptibles en algunos fenómenos) y las leyes jurídicas (convenciones entre partes, imposiciones, tradiciones etc). Las características de ambas las trataré en otra entrega, por el momento solo quiero referirme a lo absurdo que puede ser el mundo jurídico de inventar leyes con alegría desbordada, antes y ahora. Así que tenemos al inefable y pachequísimo Santana (el presidente no el guitarrista) decretando impuestos a las casas que tuvieran ventanas y chimeneas, a los sabios ancianos de conocido pueblito oaxaqueño que decretan que ninguna mujer puede ser elegida para un cargo, a la ley anti tabaco chilanga y la ley contra miradas. De esta última comento algo. Alguien, en algún momento, decidió que cuando un hombre mira a una mujer de cierta manera es un delito. ¿De qué manera? Lasciva, es decir, libidinosa, concupiscente, lujuriosa, cachonda decimos en México. Y cómo es una mirada de este tipo, pos eso si quien sabe. Depende, sí, depende de la persona que mira, de quien es mirada, de las familias de donde vienen, de la cultura en que viven. Para muchas musulmanas que le miren el antebrazo saliendo de la burka puede resultar lujurioso. Y quién va decidir cuando se trate de un delito? Y por qué cuando una mujer mira un hombre no es delito, o mejor aún, un hombre a otro hombre o una mujer a otra. No y los señores con problemas de tiroides, con esos ojotes, pobres, tiro por viaje al bote. Sin contar que yo he visto a perros bien lascivos mirando a mucha gente. Lo que no sé es si se trata de un delito que se persiga de oficio, porque la mera verdad eso de hacerlo con los ojos cerrados todo el tiempo bajo pena de ir al tambo, es algo que no me gusta nada, por más que los darks rooms estén de moda. En todo caso es una más de estas extrañas, rarísimas, leyes anti deseo y anti heterosexualidad que de nuevo un gobierno, dizque de izquierda liberal, se apunta a su currículo. Lo siguiente será la respiración obscena. Supongo que la infancia de quienes legislaron y aprobaron fue muy difícil. ¿Habrá sido más difícil que la de Santana? Ya son demasiadas elucubraciones para estos días de guardar. Tan bonito que es mirar lo bonito.


III. Afuera el aire malo, adentro al aire bueno

Como broche de oro de estos ejemplos de la intemporalidad de lo absurdo, es un franco placer poder hablar del merolico más grande del momento, arrebatándole por mérito propio el puesto al mismísimo Maussán, desde la más profunda y barata charlatanería, don Nahum Ganem y su palangana purificadora de la sangre. Así es mis hemofílicos lectores, este artefacto maravilloso los puede librar de esas cochinas toxinas que envenenan sus cuerpecitos y de unos cuantos billetes que contaminan sus cuentas bancarias. Se trata de una bonita cubeta (o cubo) de plástico que se llena con agüita hasta la mitad y de la que salen un par de tripitas de hule. Usted, intoxicado paciente, debe meter sus extremidades inferiores en el recipiente y tomar con las superiores las mangueritas. Nada más, por favor, quítese los zapatos y calcetines porque si no, no funciona. Solo se le purificarían las suelas. Ahora si, prenda un control que tiene tres foquitos de colores (baterías no incluidas) y repita. Afuera toxina mala, adentro sangre buena. Se activará un flujo de energía que no sentirá, no verá, no olerá ni se podrá medir, pero que lo hará tener la sangre más limpia del planeta.

Y si usted se siente igualito que el alcalde de Nueva York cuando don Gato le vende una hoja de papel doblada, a la que llama aparato refrigerante individual portátil sin baterías, está en lo correcto. Lo robaron, estafaron, embaucaron, timaron, es decir, le vieron la cara. Pero para aliviarle un poco la congoja y evitar que como penitencia salga corriendo en este momento a ver si alcanza a colarse en alguna procesión pa que le den de latigazos en vano intento de redención, déjeme le cuento que no ha sido el primero. En la segunda mitad del siglo XVIII Franz Antón Messmer, médico alemán, lleva a París, el París que ebulle en las ideas del iluminismo, su extraordinaria baquet. Se trataba de una cubeta de porcelana (el plástico no se había inventado) que se llenaba de agua y de la que salían unas varillas de hierro. Los pacientes e incautos que les acompañaban, tomaban una de las varillas y Messmer les ponía una cuerda encima que agarraban las segundas y tercera filas de enfermos.

La propuesta de Messmer era que un fluido magnético universal se encontraba en el agua de la baquet y se trasmitía por las varillas y la cuerda a todos los pacientitos haciendo que entraran en trance y se curaran de cualquier cosa. El agua de la baquet, no era cualquier agüita de embotelladora patito de los Alpes, no señor. Se trataba de un agua especialmente magnetizada, supongo que como el agua de Tlacote que hasta el cáncer curaba, y que por su puesto se veía, olía, pesaba, y sabía como cualquier agua. Como buena terapia alternativa los enfermos se morían, los que se creían enfermos se curaban, Messmer se hizo millonario y todos se relajaban un poco después de cada sesión. El messmerismo estuvo de super moda un tiempo hasta que preocupados por tanta jalada de cuerda messmérica, una comisión científica nombrada por Luis XVI, decide investigar. En este grupo se encontraba pura luminaria, Voltaire, Lavoisier, Franklin (curiosamente) y hasta el doctor Guillotin, aunque dicho sea de paso, nadie perdió la cabeza en la comisión. Bueno sí, Lavoisier y el propio Guillotín, pero como diez años más tarde, así que no cuenta. Los resultados fueron tan ampliamente publicitados que Messmer hundido en el desprestigio se fue a tierras germanas, bastante más periféricas de la cultura comparadas con París.

La triste moraleja de estas estafas no reside tanto en lo ridículo y pueril de sus planteamientos, sino que existan lectores, clientes, electores de lo insólito, que hacen que las ventas y sucursales de los negocios del buen Ganem y simpático Messmer prosperen, lo mismo que priistas setenteros y ochenteros que nos quieren convencer de ser de izquierda liberal, que legisladores irracionales. Lo que vemos en todos estos casos es que la pérdidad o falta del pensamiento crítico, de la inteligencia colectiva, de la razón, es más grave de lo que normalmente imaginamos. Como que ya va siendo tiempo que nuestros Lavoisieres y Francklines se pongan las pilas. Que nos pongamos las pilas todos.

Felices pascuas. Rayos, ahora que lo pienso debí escribir sobre la pascua, ni modo pal año quentra.

3 comments:

Etienne said...

Gracias por recomendarme tu blog. Me reí mucho con lo de la ley anti miradas. Ese tercio fue, de todo el artículo, el que me pareció más divertido.

Unknown said...

Y todo este rollo que tiene que ver con que no termines tu tesis?????
Y si, coincido con que la mejor parte de la narracion es la relacionada con la ley anti miradas.

Cuidese

Anonymous said...

Mis amigas se burlan porque aun no eres maestro,yo pienso que eres la persona más extraordinaria que he conocido, me encanta la inspiración que tienes y las cosas que me haces sentir ¡eres lo maximo!