Friday, December 13, 2013

Tú y yo brincándonos los torniquetes del metro, no sé, piénsalo.

Como todos los días, el diputado tomó el metro para llegar a la asamblea. Sin embargo, de manera inusual, el metro se detuvo. ¿Le parece inverosímil, usuario lector, lectora? ¿Un caso de ciencia ficción? Más o menos, si usted es un chilango habitante de la Ciudad de México. En realidad es el inicio de la maravillosa y muy verosímil serie británica State of play, escrita por Paul Abbott. En el Distrito Federal un comienzo así sería la antesala del fracaso. Sería más creíble que Thalía fuera una niña de la calle limpiaparabrisas.

 Y es que en la bonita capital mexicana ver un diputado en el metro es más complicado que ver un OVNI. Lo cual tal vez no es tan malo, ¿se imaginan las protestas contra los funcionarios por el aumento a la tarifa? Tendrían que disfrazarse de bocinero para que nadie los molestara. Aunque en una de esas quizá no está tan mal el aumento, que como ciudadanos aportemos al metro. Claro que ni al lector, la lectora, ni a este su bloguero de a pie les agrada pagar más, pero piénselo antes de intentar si triple giro en posición B invertida. 

El presupuesto total para el metro en 2011 fue de 11,117,912.8 pesos. La solicitud para 2014 fue de poco más de 12, mil millones de pesos. A  3 pesos la venta de boletos al año era de alrededor de 5 mil millones de pesos, sin descontar el costo del propio boleto. En cambio para el Instituto de Cultura del DF este año se le dieron apenas 32 millones; para medio ambiente y recursos naturales, 133 millones y cachito. Por cierto mucho más para pavimentación, más de 400 millones de pesos.

Tal vez porque pienso así no me explico bien a bien las protestas de estos días. No me parece suficiente la bien documentada estrategia que el staff de redes sociales de gente cercana a Batres ha hecho. Porque algunos que protestan no tienen empacho en pagar los boletos de 3 mil pesos en reventa para la final del fut o para el corona capital. Creo que más bien una parte del enojo tiene que ver con el añejo conflicto con los padres simbólicos (las imágenes de autoridad) que tiene una parte de la sociedad mexicana. Por ejemplo, por la mañana una apreciada exalumna posteaba que (si los policías no intervienen) “le quitan sabor a la protesta”. Anoche unos adolescentes comentaban tras de mí en el metro que “se sentía bien chido brincarse los torniquetes.” Caminaba hace unos minutos por un ladito del Monumento a La Revolución cuando en un noticiero una reportera comentaba que había alrededor de 20 personas en ese mismísimo monumento estaban listas y dispuestas para iniciar una marcha en contra y hacia las oficinas de Mancera. Así de repente, este bloguero de poca monta estaba en el momento de la noticia, en el instante de la historia, en el lugar correcto, como el inicio de la primavera árabe, mirando de viva voz a los…  catorce ( ya bien contados), marchantes. Todos de menos de veinte primaveras, muy lejanas de ser árabes.

¿Cuánto durarán las protestas?  Dos o tres días, lo mismo que dura un enojo con papá.

Claro si usted es un intelectual de izquierda es posible que su compromiso lo haga aguantar un par de días más posteando injurias a este estado capitalista salvaje desde el Ipad retina y el mullido sillón. Ya luego resulta poco trendy, y sobre todo hay que regresar a cobrar las subvenciones del, ejem, mismo estado neoliberal. Así, estilo Juan Villoro, frecuente usuario del metro.  Por supuesto que protestar es un derecho, y si se hace en paz y con ingenio, hasta divertido puede ser.

Este bloguero no solo simpatiza con aquellos héroes de la pirueta, sino que hasta se imagina dando brincos sobre el torniquete, cabriolas varias y rebotes con grado de dificultad C, todo por el bien del pueblo. Las imágenes de Martí Batres haciendo un jeté sobre la puertecita para ancianos, o de Andrés Manuel Jr. en pleno tour en l´air, conmoverían hasta al Jefe Diego, con la ventaja de que Andy Jr. conocería el metro.

Por supuesto todo sería mejor si la propuesta fuera no pagarle al microbusero. #Bríncateelmicro o algo así.

¿Por qué? Pues para empezar los peseros aumentaron mucho más. Aumentaron con López Obrador, con Ebrad y con Mancera. Pasaron de 2.50 pesos a 6 pesos. En 2008 el pasaje del microbús pasó de 2.50 a 3, 3.50 y hasta 4.50 en algunos casos. Hoy en día está en5 y 6 pesos. El metrobús inició con 3.5 pesos a fines de 2005; y ya va en 6, y 10 pesos el servicio nocturno.
No solo eso, pasajero fan de este blog, la inverosímil Comisión Nacional  para la Prevención de Accidentes indica que 40º% de los microbuses choca al año. El promedio diario para 2011 fue de 40 accidentes de microbuses al día. Es cierto que hay más accidentes de autos particulares, pero menos del 20% de los viajes se hace en auto, casi lo mismo que los viajes en metro. En conjunto, son la principal causa de muerte entre 5 y 35 años en el DF. Por el contrario el 60% de los viajes diarios, con alrededor de 12 millones de pasajeros se hacen en microbús. Es claro, en esta ciudad se viaja en micro. Y de acuerdo con una encuesta de Parametría realizada en la Ciudad de México a inicios de año, el 75 % de los encuestados considera a los microbuses con un servicio malo y tan solo un 10 % al metro. En parte porque son los mismos que introdujeron Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebard a fines de los ochenta. Ya casi pueden obtener la placa de auto clásico.

¿Alguna protesta? Ninguna, y eso que son privadosssss!!

Como que no tiene chiste provocar al microbusero, que además tal vez sí se defienda.

Lo malo de las protestas pueriles es que las respuestas son paternales. Ya salió la tarjeta para pagar 3 pesos para que usted, alebrestado lector, se sienta apapachado.  ¿Qué clase de estrategia es esa?

Así que este bloguero, tras meditar larga y concienzudamente, ha descubierto algo que, tentativamente llama, Solución de movilidad Hilo negro (tal vez cambie a Agua tibia strategy for mobility).

El viaje en metro debe tener tarifa diferencial; si alguien desea usarlo para una estación que pague la totalidad del costo. Hasta más. ¿Qué tal 12 pesos de metro Allende a Bellas Artes? Por el contrario si se va grandes distancias que se tenga la tarifa mínima. Por ejemplo de Indios Verdes a Universidad que cueste 3 pesos. Una distancia intermedia una tarifa de 5 o 6 pesos. El número de estaciones por tarifa, pues que lo determine las finanzas del metro. Tercera edad y discapacitados, gratis. Para eso, sí son los impuestos.

Viajes de menos de 5 km en bici. Ecobici costó menos de 80 millones de pesos. El mantenimiento es alto, porque son pocos usuarios. ¿Si se usaran los 3 mil millones de pesos  del Fondo de capitalidad para ampliar Ecobici? Hace cuatro días el Jefe de Gobierno declaró que el Fondo de capitalidad de 3 mil millones de pesos que le dará la Federación al DF se usará en seguridad, infraestructura ¿? y para la línea 6 del metrobús.

Imagine estaciones de Ecobici y estacionamientos de bicis en cada salida del metro. ¿Una cerca de su casa? Adiós lonja, por más sexi que se le vea.

Para viajes medios los trolebuses, metrobús y micros nuevos.

Y por supuesto tenencia a los automóviles particulares proporcional al tamaño y emisiones del auto. Más grande y más contaminante que pague más. Los autos han destruido nuestra ciudad y nuestra convivencia. Conozco gente que gasta más en el armorol de sus llantas que en la educación de sus hijos. Ya bájese de su camionetota del tamaño de una habitación en Tokio.

Cuando al metro se le vea como un transporte para los ciudadanos, no para los pobres, mejorará.



Lo malo es que para ello la ciudad requiere un líder ciudadano, no una imagen paterna que busque quedar bien con todos para ganar una candidatura. Esa, por cierto, es la mejor forma de no salir en la foto presidencial.

1 comment:

Cristian said...

Me gusta ver relatos sobre los buses ya que soy de viajar mucho a diversas ciudades, y en general dentro de la misma suelo manejarme con transporte publico. Siempre busco los vuelos mas baratos, y sobre todo trato de conseguir pasajes en pesos