Como todos los días, el diputado tomó el metro para
llegar a la asamblea. Sin embargo, de manera inusual, el metro se detuvo. ¿Le
parece inverosímil, usuario lector, lectora? ¿Un caso de ciencia ficción? Más o
menos, si usted es un chilango habitante de la Ciudad de México. En realidad es
el inicio de la maravillosa y muy verosímil serie británica State of play, escrita por Paul Abbott.
En el Distrito Federal un comienzo así sería la antesala del fracaso. Sería más
creíble que Thalía fuera una niña de la calle limpiaparabrisas.
Y es que en la
bonita capital mexicana ver un diputado en el metro es más complicado que ver
un OVNI. Lo cual tal vez no es tan malo, ¿se imaginan las protestas contra los
funcionarios por el aumento a la tarifa? Tendrían que disfrazarse de bocinero
para que nadie los molestara. Aunque en una de esas quizá no está tan mal el
aumento, que como ciudadanos aportemos al metro. Claro que ni al lector, la lectora,
ni a este su bloguero de a pie les agrada pagar más, pero piénselo antes de
intentar si triple giro en posición B invertida.
El presupuesto total para el
metro en 2011 fue de 11,117,912.8 pesos. La solicitud para 2014 fue de
poco más de 12, mil millones de pesos. A
3 pesos la venta de boletos al año era de alrededor de 5 mil millones de
pesos, sin descontar el costo del propio boleto. En cambio para el Instituto de
Cultura del DF este año se le dieron apenas 32 millones; para medio ambiente y
recursos naturales, 133 millones y cachito. Por cierto mucho más para
pavimentación, más de 400 millones de pesos.
Tal vez
porque pienso así no me explico bien a bien las protestas de estos días. No me
parece suficiente la bien documentada estrategia que el staff de redes sociales de gente cercana a Batres ha hecho. Porque
algunos que protestan no tienen empacho en pagar los boletos de 3 mil pesos en
reventa para la final del fut o para el corona capital. Creo que más bien una
parte del enojo tiene que ver con el añejo conflicto con los padres simbólicos
(las imágenes de autoridad) que tiene una parte de la sociedad mexicana. Por
ejemplo, por la mañana una apreciada exalumna posteaba que (si los policías no intervienen)
“le quitan sabor a la protesta”. Anoche unos adolescentes comentaban tras de mí
en el metro que “se sentía bien chido brincarse los torniquetes.” Caminaba hace
unos minutos por un ladito del Monumento a La Revolución cuando en un noticiero
una reportera comentaba que había alrededor de 20 personas en ese mismísimo monumento
estaban listas y dispuestas para iniciar una marcha en contra y hacia las
oficinas de Mancera. Así de repente, este bloguero de poca monta estaba en el
momento de la noticia, en el instante de la historia, en el lugar correcto,
como el inicio de la primavera árabe, mirando de viva voz a los… catorce ( ya bien contados), marchantes.
Todos de menos de veinte primaveras, muy lejanas de ser árabes.
¿Cuánto durarán las protestas? Dos o tres días, lo mismo que dura un enojo
con papá.
Claro si usted es un intelectual de izquierda es
posible que su compromiso lo haga aguantar un par de días más posteando
injurias a este estado capitalista salvaje desde el Ipad retina y el mullido
sillón. Ya luego resulta poco trendy, y sobre todo hay que regresar a cobrar
las subvenciones del, ejem, mismo estado neoliberal. Así, estilo Juan Villoro,
frecuente usuario del metro. Por
supuesto que protestar es un derecho, y si se hace en paz y con ingenio, hasta
divertido puede ser.
Este bloguero no solo simpatiza con aquellos héroes
de la pirueta, sino que hasta se imagina dando brincos sobre el torniquete, cabriolas
varias y rebotes con grado de dificultad C, todo por el bien del pueblo. Las
imágenes de Martí Batres haciendo un jeté
sobre la puertecita para ancianos, o de Andrés Manuel Jr. en pleno tour en l´air, conmoverían hasta al Jefe
Diego, con la ventaja de que Andy Jr. conocería el metro.
Por supuesto todo sería mejor si la propuesta fuera
no pagarle al microbusero. #Bríncateelmicro o algo así.
¿Por qué? Pues para empezar los peseros aumentaron mucho
más. Aumentaron con López Obrador, con Ebrad y con Mancera. Pasaron de 2.50
pesos a 6 pesos. En 2008 el pasaje del microbús pasó de 2.50 a 3, 3.50 y hasta
4.50 en algunos casos. Hoy en día está en5 y 6 pesos. El metrobús inició con
3.5 pesos a fines de 2005; y ya va en 6, y 10 pesos el servicio nocturno.
No solo eso, pasajero fan de este
blog, la inverosímil Comisión Nacional para la Prevención de Accidentes indica que 40º%
de los microbuses choca al año. El promedio diario para 2011 fue de 40
accidentes de microbuses al día. Es cierto que hay más accidentes de autos
particulares, pero menos del 20% de los viajes se hace en auto, casi lo mismo
que los viajes en metro. En conjunto, son la principal causa de muerte entre 5
y 35 años en el DF. Por el contrario el 60% de los viajes diarios, con alrededor
de 12 millones de pasajeros se hacen en microbús. Es claro, en esta ciudad se
viaja en micro. Y de acuerdo con una encuesta de Parametría realizada en la
Ciudad de México a inicios de año, el 75 % de los encuestados considera a los
microbuses con un servicio malo y tan solo un 10 % al metro. En parte porque
son los mismos que introdujeron Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebard a fines de
los ochenta. Ya casi pueden obtener la placa de auto clásico.
¿Alguna
protesta? Ninguna, y eso que son privadosssss!!
Como que
no tiene chiste provocar al microbusero, que además tal vez sí se defienda.
Lo malo
de las protestas pueriles es que las respuestas son paternales. Ya salió la
tarjeta para pagar 3 pesos para que usted, alebrestado lector, se sienta apapachado. ¿Qué clase de estrategia es esa?
Así que este
bloguero, tras meditar larga y concienzudamente, ha descubierto algo que,
tentativamente llama, Solución de movilidad
Hilo negro (tal vez cambie a Agua
tibia strategy for mobility).
El viaje
en metro debe tener tarifa diferencial; si alguien desea usarlo para una
estación que pague la totalidad del costo. Hasta más. ¿Qué tal 12 pesos de metro
Allende a Bellas Artes? Por el contrario si se va grandes distancias que se
tenga la tarifa mínima. Por ejemplo de Indios Verdes a Universidad que cueste 3
pesos. Una distancia intermedia una tarifa de 5 o 6 pesos. El número de
estaciones por tarifa, pues que lo determine las finanzas del metro. Tercera
edad y discapacitados, gratis. Para eso, sí son los impuestos.
Viajes de menos de 5 km en bici. Ecobici costó
menos de 80 millones de pesos. El mantenimiento es alto, porque son pocos
usuarios. ¿Si se usaran los 3 mil millones de pesos del Fondo de capitalidad para ampliar Ecobici?
Hace cuatro días el Jefe de Gobierno declaró que el Fondo de capitalidad de 3
mil millones de pesos que le dará la Federación al DF se usará en seguridad,
infraestructura ¿? y para la línea 6 del metrobús.
Imagine estaciones
de Ecobici y estacionamientos de bicis en cada salida del metro. ¿Una cerca de
su casa? Adiós lonja, por más sexi que se le vea.
Para
viajes medios los trolebuses, metrobús y micros nuevos.
Y por
supuesto tenencia a los automóviles particulares proporcional al tamaño y
emisiones del auto. Más grande y más contaminante que pague más. Los autos han
destruido nuestra ciudad y nuestra convivencia. Conozco gente que gasta más en
el armorol de sus llantas que en la educación de sus hijos. Ya bájese de su camionetota
del tamaño de una habitación en Tokio.
Cuando al
metro se le vea como un transporte para los ciudadanos, no para los pobres, mejorará.
Lo malo
es que para ello la ciudad requiere un líder ciudadano, no una imagen paterna que
busque quedar bien con todos para ganar una candidatura. Esa, por cierto, es la
mejor forma de no salir en la foto presidencial.
1 comment:
Me gusta ver relatos sobre los buses ya que soy de viajar mucho a diversas ciudades, y en general dentro de la misma suelo manejarme con transporte publico. Siempre busco los vuelos mas baratos, y sobre todo trato de conseguir pasajes en pesos
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